Johnny Alberto Salazar/Vida Dominicana
NAGUA.-Robert Luciano y Luciano, (El Bulterito), es un joven de apenas 25 años quien tendrá que pasarse 10 años tras las rejas luego de que el pasado lunes por la tarde fuera puesto bajo arresto por una patrulla de la Policía.
El Tribunal Colegiado del Distrito Judicial de la provincia María Trinidad Sánchez, le impuso una condena por venta de drogas, según supo Vidadominicana.com.
El inculpado había sido puesto bajo arresto en distintas oportunidades por tráfico de drogas, pero lograba su libertad condicional por presentación periódica, lo que en muy pocas ocasiones atendió, según dijeron fuentes judiciales.
El lunes por la tarde, periodistas de Vidadominicana.com vieron cuando Robert Luciano era conducido a una celda del cuarte de la Policía de la calle Mella.
Este miércoles fue conducido por ante un juez en el Palacio de Justicia, en donde se supo que le ratificaron la sentencia de 10 años, a ser cumplida en la cárcel de San Francisco de Macorís.
Las fuentes dijeron que durante la tarde de este miércoles fue introducido a una celda de la cárcel que funciona en la Fortaleza Olegario Tenares, para posteriormente ser conducido a San Francisco de Macorís, aunque se dijo que la familia hacia gestiones para que lo dejaran en Nagua.
Se recuerda que el 1 de septiembre del año pasado, Robert Luciano, acudió a la Parroquia Divino Niño, y tras hablar con el Sacerdote Eligio Báez, pidió perdón a Dios y al pueblo, tras confesar que se dedicaba a traficar con drogas narcóticas.
Para entonces dijo que se retiraba de ese sucio negocio y que llamaba a la juventud a nunca meterse en tal vicio porque “eso lo que hacia era dejar perdición, de hasta perder la vida”.
El sacerdote Eligio Báez, momentos antes de darle un turno para que hablara ante la multitud, le recordó que podría engañar a la gente pero que a Dios no.
El hoy condenado a 10 años de cárcel visito el programa El Gobierno del Nordeste que se transmite por la emisora Vida FM 90.1 y también pidió perdón a Dios y al pueblo y juro que jamás se metería ni a vender ni a consumir drogas.
Tres días después volvió a caer preso y según la Dirección de Control de Drogas, se le ocupo varias porciones de sustancias prohibidas.
Tiempo después se olvido de visitar la Iglesia, la que había prometido se integraría para seguir los caminos de Dios.
Recibió muchos consejos y muchas oraciones y hasta el coronel Escolástico Eusebio Acosta, le aconsejo alejarse del vicio y reintegrarse a la sociedad.
Ni las oraciones, ni los consejos, ni siquiera Dios pudieron con el joven que hasta hizo llorar a docenas de personas que se detuvieron aquella noche 1 de septiembre para prestarle atención ante el “arrepentimiento” del que hablo.
Ahora ya esta en la cárcel y como si fuera poco declaro que esta tan en mala en términos económicos que ni siquiera tiene dinero para que sus abogados procedieran con el pedimento de apelación que debía ser en la Corte de San Francisco de Macorís.
